Cada vez hay más pueblos en España que están sufriendo la despoblación debido al éxodo rural de la segunda mitad del siglo XX y la provincia de Castellón no es una excepción, ya que en ella encontramos localidades como Castell de Cabres y Fuente la Reina, donde la población cada año disminuye. Dichos municipios cuentan, según el INE, con 20 y 49 habitantes, respectivamente, y una se sitúa en la comarca de Els Ports mientras que la otra, en l'Alt Millars. La despoblación rural trae consigo una serie de problemas graves que afectan a la supervivencia de las personas en el ámbito rural.

Este tipo de pueblos, normalmente comparte un elemento, y sin duda es su proximidad a la naturaleza. Y es que, Castellón cuenta con pueblos y aldeas rodeadas de bosques, ríos, lagos, montañas... En resumidas cuentas, paisajes únicos en los que disfrutar de experiencias únicas. Encontramos, pues, proyectos que luchan por la pervivencia de esta, como la Asociación por la Resiliencia del Alto Mijares (ARAM), una iniciativa que surge tras la pandemia de la Covid-19, y que como bien explica su portavoz, Guillermo Fernández, nace "como una alternativa a la problemática de tener acceso a la naturaleza como un espacio casi sagrado donde se puede vivir mejor y con intenciones de poblar el interior de las provincias".

Este vínculo con la naturaleza, por parte de la mayoría de pueblos castellonenses, hace que actividades como el cultivo o las rutas de senderismo, como la del castillo de Aín, la Vía Verde del Mar o la subida al Penyagolosa sean mucho más accesibles. Así pues, la gastronomía o el deporte en el mundo rural son aspectos que también hacen que exista una diferencia respecto a la ciudad.

Nuestra ciudad es un espacio en el que se pueden desarrollar infinidad de actividades. En el mundo urbano es mucho más sencillo acceder a actividades de ocio como por ejemplo ir al cine, a los recreativos, de compras, etc. videos esto en el mundo rural muy limitado. Del mismo modo ocurre con el arte, pues es realmente sencillo encontrar en el mundo urbano exposiciones, museos como el de Bellas Artes o el de la Mar, edificios emblemáticos como el Auditorio o el Palacio de Congresos o el Planetario, etc. mientras que en el mundo rural, por lo general, es prácticamente imposible. Así pues, se pueden identificar muchísimos contrastes que hacen de la ciudad y el pueblo espacios únicos.

El ocio dentro del mundo rural y el urbano también se considera un contraste. Este es un tema muy amplio en el que expertos estudian y trabajan para identificar y solucionar los diferentes problemas que habitan en temas como este. Vicent Querol, sociólogo y docente en la Universidad Jaume I, es uno de los profesionales que, sobre este tema, destaca la dependencia de medios de transporte en el mundo rural por la noche para desplazarse a actividades de ocio. En ciudad, según indica, esta dependencia es menor, ya que una persona puede desplazarse a una mayor cantidad de focos de ocio a pie debido a la proximidad y facilidad del terreno (asfaltado, iluminación, etc.).

Hechos como este, hacen que un alto porcentaje de la población, como se pudo ver con la Revolución Industrial, decida escoger un lugar u otro en el que vivir dependiendo de factores cómo el lugar donde trabaja. A través de decisiones como esta, se deja para último lugar el bienestar propio, renunciando a la comodidad o felicidad personal y psicológica. Es por ello, que en muchos casos se puede ver como, tras jubilarse, un segmento de la población decide irse al lugar donde siempre ha querido: al pueblo, a lo rural, al interior de Castellón.

Y tú, ¿prefieres anteponer la comodidad a la felicidad? Junto a Vive la Terreta podrás descubrir lo que de verdad te gusta. Siente y vive Castellón en su máximo esplendor y no como si estuvieras de paso.